El portavoz municipal de la coalición de izquierdas (IU+P+AV) Pedro Sosa, exponía esta mañana en rueda de prensa los ejes argumentativos de la posición de su grupo frente al proyecto de presupuestos para 2025 que se debatirá mañana miércoles en un pleno municipal extraordinario. El hecho de que, por fin, este debate que es el más importante de todos los debates municipales que se producen cada año se vaya a encauzar en un pleno extraordinario y monográfico, y no "escondido", como ha venido sucediendo en los últimos años, entre dos docenas de puntos del orden del día de un pleno ordinario, es una las pocas cosas positivas que Sosa ha destacado de este proyecto de Presupuestos Generales del Ayuntamiento de Lorca para 2025.

Pero a partir de ahí, todo es manifiestamente mejorable. Los presupuestos de 2025 se quieren aprobar cuando casi estamos en el ecuador del año, incumpliendo los mandatos de la Ley de Haciendas Locales que, entre otras cosas exige llevarlos a la aprobación definitiva por el Pleno de la corporación antes del día 31 de diciembre del año anterior al del ejercicio en que deba aplicarse. Un retraso del que sólo podemos hacer lecturas inquietantes que van desde la inoperatividad e ineficiencia del gobierno local a la hora de cumplir con la ley, hasta la constatación de la falta de armonía y de lealtad entre los partidos de la coalición gobernante.

En el lado de los ingresos este proyecto de presupuestos evidencia la enorme injusticia tributaria en la que seguimos instalados, aplicando ordenanzas fiscales del siglo pasado cuando ya hemos consumido 25 años del siglo XXI. No puede ser que todos los ingresos municipales propios se carguen a las espaldas de la mayoría social, y ni se intente asumir ninguna propuesta de fiscalidad novedosa que grave a las multinacionales de la energía, los suministros, o el reparto a gran escala, que aprovechan servicios e infraestructuras de los lorquinos para hacer negocio y ganar mucho dinero sin poner nada de su lado. No podemos seguir tolerando esa falta de responsabilidades sociales y fiscales de bancos y entidades financieras, de empresas de telefonía o de los macronegocios que se instalan en Lorca y a los que nada se les exige. Que los ingresos propios del Ayuntamiento se sostengan en su inmensa mayoría en el IBI inflado de las cosas, las plusvalías y el sello del coche, no es más que el reflejo de una política tributaria anticuada, "viejuna"e injusta.

Son unos presupuestos mal confeccionados. Sosa ha criticado la evidente vulneración de los principios de "claridad" y "transparencia" presupuestarias de este proyecto. Existen muchas partidas opacas, mucha imprecisión, y detrás de ello, ya conocemos el "modus operandi" de otras veces, se esconden las famosas "partidas colchón" y las no menos famosas "partidas vergonzantes", aquellas que se pretenden ocultar a los ciudadanos. En este sentido Sosa afirma que la mayor de las partidas es la que consigna nada menos que 1.111.000 euros con la denominación "Otras".

Necesitamos hacer de la "transparencia pública" un eje que atraviese todas las políticas municipales, ha recordado Sosa, y que esté especialmente reforzado en los ámbitos de la inversión presupuestaria y de la contratación pública. Hay que exigir una administración con "cajones de cristal transparente". Y este presupuesto, con partidas como la citada, no contribuye en nada a eso.

Pero siendo todo lo anterior decepcionante, abunda el edil de izquierdas, lo peor es el tratamiento presupuestario de las inversiones contempladas en este proyecto. Las inversiones reales no llegan ni al tres por ciento del presupuesto (un 2,98%) y pese a alguna "perla" muy aislada que saludamos en materia de "educación infantil" y de "deporte urbano", volvemos a constatar una evidente falta de atención a compromisos históricos con vecinos, barrios y territorios de Lorca. Compromisos que se reconocen y aprueban en los plenos municipales pero que después carecen de reflejo y consignación presupuestaria: desde el Museo de la minería en Almendricos a la intervención integral en la calle Portijico, desde la normalización del saneamiento en la avenida Fuerzas Armadas y el arreglo de Sutullena y Camino Viejo del Puerto, pasando por la desatención "delictiva" al casco histórico de la ciudad, en donde las "promesas" siguen ganando por goleada a las realidades.

Otro tanto sucede en materia de personal. No cubrir, e incluso "suprimir" por la vía de los hechos y aprovechando las jubilaciones, puestos públicos de gran relevancia como el de los directores del Teatro Guerra, de la Escuela de Música, del médico de medicina deportiva y riesgos laborales, etc., evidencia muchas cosas y ninguna buena en materia de cultura y de servicios públicos a los ciudadanos.

Por último, Sosa ha querido recordar la necesidad de normalizar en Lorca el uso (ya habitual en centenares de ciudades) de los "presupuestos participativos", inéditos hasta la fecha en nuestro municipio. Lo curioso es que se consignan cantidades de 60.000 y 40.000 euros bajo la denominación de "gastos en Juntas Vecinales", cuando esas "juntas" no han llegado a ser jamás una realidad en Lorca por el reiterado incumplimiento de la Ley de Municipios de Gran Población.