Pedro Sosa, portavoz municipal de IU+P+AV, ha registrado para su contestación en el Pleno del próximo lunes 30 de junio, una batería de preguntas en torno a la más que discreta (casi secreta) mezcla de aguas residuales del curtido, con las aguas residuales urbanas tratadas en la EDAR de La Hoya, para su posterior uso para el riego.
Según Sosa el veto antidemocrático de su grupo político en, entre otros, el consejo de administración de "Aguas de Lorca", jamás visto hasta ahora en la historia de las corporaciones locales lorquinas, le obliga a plantear en sede plenaria asuntos que, con más tiempo y con la interlocución de la parte privada de esa empresa, debería estar planteando allí, en ese consejo del que se ha excluido a la representación de una parte -pequeña pero igual de respetable que las demás- de lorquinos.
Entrando en materia, el edil de izquierdas afirma que desde que nos enteramos por los medios de comunicación de la idea (que ya se está implementando) de mezclar en la EDAR de La Hoya, las aguas ya tratadas en la depuradora del curtido con las aguas residuales urbanas de Lorca, hemos tenido ocasión de sondear la opinión de agricultores y regantes, de vecinos de los entornos contaminados del río (Tercia, Marchena, La Hoya, El Hinojar, etc.) y de técnicos y científicos. Y todos desconfían de esa iniciativa. Nos consta además de manera expresa, abunda en concejal, la preocupación de los regantes lorquinos plasmada en la formulación de alegaciones a esta "mezcla". Unas alegaciones que aún no sabemos (la falta de transparencia es palmaria en todo este asunto) cómo han sido despachadas.
Lo que sí creemos saber (salvo que nos demuestren lo contrario) es que nada relevante ha cambiado en los últimos años en las dos depuradoras implicadas (la del curtido y la EDAR de la Hoya) a nivel de inversión y de nuevas tecnologías. Todo sigue igual que cuando hace apenas un par de años la CHS nos cosía a multas a los lorquinos por contaminar el río (hasta 232.000 euros se pagaron entre los años 2022 y 2023 en concepto de multas), dándose la circunstancia de que quienes las pagaban no eran ni los que contaminaban el agua, ni la parte privada de "Aguas de Lorca", sino todos los lorquinos a través de un Ayuntamiento que lleva décadas asumiendo una "competencia impropia" de la que sólo se lleva la peor parte, que es la de las multas, mientras otros engordan con recibos de agua y con el canon de saneamiento.
Las seis preguntas que formula el edil de izquierdas en nombre de su grupo son muy claras:
¿Cuál es el contenido de las alegaciones formuladas por los regantes de Lorca a esta medida y cuál, en su caso, la respuesta de la administración?
Qué ha cambiado, si es que ha cambiado algo, en las estaciones depuradoras implicadas para que el agua tratada en la depuradora de los curtidos, que hasta hace muy poco estaba implicando el pago de multas cuantiosas al Ayuntamiento de Lorca, ahora pueda mezclarse y utilizarse para el riego?
3. En los controles analíticos realizados hasta la fecha con ocasión de esta mezcla ¿ha habido incidencias de aparición de cromo o de cualquier otra superación de parámetros determinados?
Si de pronto se detectase la presencia de cromo en el control analítico o se pusiese de manifiesto cualquier otra superación de parámetros ¿cuál es el plan para abordar esa contingencia?
¿Confía este Ayuntamiento en la consistencia y "robustez" de los controles analíticos que se realizan?
¿Quién asumirá responsabilidades políticas y en qué consistirán las mismas si aparece algún producto hortofrutícola contaminado?
