El instituto Ramón Arcas acoge este viernes un coloquio sobre fútbol base organizado por la Peña Madridista

Martínez Carrasco ha manifestado que el deporte en las categorías inferiores tiene que ser enfocado como una tarea de estimulación para los chavales, lejos de arcaicos modelos radicados en la mera competición.

El Concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Lorca, Juan Francisco Martínez, junto al Presidente de la Peña Madridista, Antonio Reverte, han presentado esta mañana en el Consistorio Municipal el coloquio que tendrá lugar el próximo viernes a las 7 de la tarde en el Salón de Actos del instituto Ramón Arcas, bajo la denominación "Fútbol Base; Educación y Competición". Se trata de un evento que contará con la participación de Tomás Roncero, periodista deportivo, Jesús Rosagro, Director Deportivo de la Federación Murciana de Fútbol, Pedro Tristante Oliva, ex árbitro de Primera División, Beatriz Teruel, psicóloga, y el Concejal de Deportes en el Consistorio lorquino, Juan Francisco Martínez.

El Edil de Deportes ha explicado que estamos hablando de una cuestión que cuenta con una importancia particular, ya que no sólo nos referimos a la atención de los propios jugadores, su educación en valores de superación a través del espíritu deportivo y de equipo, sino también a una cuestión que viene siendo objeto de análisis y actuación especialmente en los últimos años. Se trata de la actitud y el comportamiento de los padres de los chavales en el transcurso de los partidos que se disputan en las categorías inferiores. Este tema resulta capital en la formación de los chavales, puesto que se encuentran en edades en las que buscan referencias de comportamiento que aplicarán no solo en el desarrollo de la competición, sino en múltiples ámbitos a lo largo de su vida.

Martínez Carrasco ha manifestado que el deporte en las categorías inferiores tiene que ser enfocado como una tarea de estimulación para los chavales, lejos de arcaicos modelos radicados en la mera superación y la competición extrema, es decir, aquella que propugnaba que lo único importante era el objetivo, bajo un prisma erróneo, ya que precisamente los chavales tienen que enriquecer su formación en valores de crecimiento personal como el espíritu de equipo, la colaboración la generosidad , ante todo, el respeto hacia el rival dentro de la escena deportiva. En definitiva se trata de que los chavales disfruten con lo que hacen y se lo pasen bien, al tiempo que conocen nuevos amigos, viven nuevas experiencias y desarrollan sus capacidades futbolísticas ligadas al proceso educativo que les corresponde por su edad. Eso es , en resumidas cuentas, lo que debe primar en estos chavales, y nosotros, desde los ámbitos institucionales, arbitrales, periodísticos y otros aparejados al mundo del fútbol, tenemos que proteger.

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