Un AVE que no vuela

La historia de nunca acabar sobre la llegada, o paso del Tren de Alta Velocidad, por Lorca, parece ya, más que nada, un cachondeo

Después de varias décadas hablando siempre de lo mismo, me atrevería a decir que nadie puede dar todavía fecha exacta para que sea una realidad. De hacerlo, estoy seguro que se volvería a equivocar.¿Cuántas fechas se han barajado hasta el momento?.

Durante los casi 30 años que me he movido dentro del mundo de la información, he asistido a muchas, muchísimas ruedas de prensa que únicamente han servido para marear aún más la perdiz. En los gobiernos con competencias para que el AVE se mueva, han habido personas de distintos signos políticos (hasta ahora PP-PSOE, PSOE-PP). Da lo mismo. Todos ellos han mostrado sus intenciones, pero siempre se han equivocado. Al paso que llevan, creo que los ojos de la generación que acaba de jubilarse de su vida laboral, no verá nunca pasar el AVE por estas tierras. El resto, no lo sé.

Y a todo ello, habría que preguntarse, cuántas personas piensan utilizar el AVE en el hipotético caso de que algún día (antes de que finalice el siglo XXI), el enrevesado proyecto se convierta en una realidad.

¿Cuántos lorquinos y lorquinas lo utilizarán cuando llegue ese gran día, si alguna vez llega?. Bien es cierto que la llegada o paso del AVE por estas tierras será señal de progreso en las comunicaciones de Murcia con Andalucía tan deterioradas y faltas de inversiones desde que en 1988, el gobierno de turno decidió suprimir la línea férrea que nos comunicaba con Granada. El famoso Corredor del Mediterráneo tiene aún mucho que decir en todo esto.

Algunos recuerdan todavía al "Granadino", como se le conocía popularmente. Un tren que tenía parada en las estaciones lorquinas procedente de la tierra de la Alhambra que, entre otras cosas, disponía de un vagón para el servicio de Correos y era el medio de transporte que utilizaban nuestros abuelos, padres y hermanos para, con los correspondientes trasbordos que había que hacer, emigrar hasta Cataluña, Francia o Alemania, ya fuese a la vendimia o en busca de un mundo mejor y más próspero.

Con respecto a ese AVE que no vuela, hay que decir también que muy poco se ha determinado acerca del soterramiento del ferrocarril que se prevé ejecutar al paso de los trenes por Lorca ciudad. Ha corrido mucha tinta pero tampoco hay nada en concreto. Incluso vuela todavía la idea de que su paso junto a la autovía A-7, sería la solución más acertada.

Lo que ya es una realidad, sin embargo, es que a más de un centenar de familias de la pedanía de La Hoya les expropiaron sus tierras hace más de una década cuando aún podrían estar produciendo y siguen atravesadas por una plataforma compactada que de nada servirá si las obras no continúan en otros tramos, aunque hay que reconocer que ese proceso ya está en marcha.

Quienes por su valentía y arrojo han puesto las cosas en su sitio han sido los vecinos y vecinas de Tercia, que gracias a las movilizaciones que han llevado a cabo, a través de la plataforma "Villaespesa Soterrada", han conseguido frenar el monstruoso proyecto que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) tenía previsto ejecutar en la zona con la construcción de puentes elevados sobre las vías que hubieran perjudicado de forma considerable su futuro social y económico. Pongo como ejemplo de ello, el paso por el Camino de Villaespesa.

Vuelvo a repetir que mucho se ha hablado y se ha escrito sobre la llegada de la Alta Velocidad a Lorca pero, si todas esas palabras y comentarios se hubieran destinado a pedir y a luchar por la mejora de los trenes de cercanías entre Murcia-Lorca-Águilas y viceversa, ¿cuánto más se hubiera conseguido?. Siguen siendo trenes de siglos pasados, desechos de otras líneas que nos han metido con calzador y que nos los hemos tragado, repletos de carencias que ya metidos en el siglo XXI no están adaptados a los tiempos que corren ni tampoco a las circunstancias actuales.

Llegados a este punto, habría que preguntarse también, ¿cuántas personas utilizan diariamente los trenes de cercanías y cuántas otras lo harían en el AVE, si alguna vez pasase por esta comarca?. La balanza se inclinaría, considerablemente, hacia quienes utilizan el tren cada día de quienes lo hacen para largos viajes. Por eso, creo, que habría que invertir en infraestructuras ferroviarias de este tipo de servicios, antes que por un hipotético AVE que cada vez parece más lejos, digan lo que digan los políticos incluidos.

FRANCISCO GÓMEZ PÉREZ.

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