El Alcalde reivindica la vigencia del Principio de Solidaridad amparado por la Constitución

Con motivo del XL Aniversario de la aprobación en referéndum de nuestra Carta Magna

Fulgencio Gil exige que se respete a los miles de lorquinos que con esfuerzo y sacrificio sacan adelante sus plantaciones y granjas: "aquí vivimos de esto, de dejarnos la piel trabajando nuestra seca tierra, peleando contra la desertización y mimando cada gota de agua".

El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, junto a varios concejales del Equipo de Gobierno, ha participado esta mañana en diferentes actos conmemorativos del Día de la Constitución, efeméride que se celebra mañana, jornada en la que precisamente se cumple el XL Aniversario de su aprobación en referéndum. El Alcalde ha subrayado que se trata de una de las grandes fiestas de nuestro país. Se cumplen 40 años desde que los españoles respaldaran por amplísima mayoría la Constitución que desde 1978 ha velado por la seguridad de cuantas personas vivimos en este país.

El Primer Edil ha indicado que, habida cuenta de las particulares circunstancias que estamos sufriendo los lorquinos por la negativa a trasvasar a esta tierra el agua que nos corresponde, hemos de reivindicar la plena vigencia de nuestra Carta Magna, que señala expresamente en su Artículo 138 que "El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entrelas diversas partes del territorio español", destacando, además, que "las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales".

Fulgencio Gil ha reclamado que se respete a los miles de lorquinos que con tanto esfuerzo y sacrificio sacan adelante el principal motor socioeconómico de nuestra comarca. Aquí vivimos de esto, de dejarnos la piel trabajando nuestra seca tierra, luchando con fuerza y decisión contra el avance de la desertización, respetando el medio natural y poniendo en las despensas de toda Europa los mejores productos agroalimentarios y con la mayor calidad. Ante esta realidad, no nos resignamos a agachar la cabeza cuando nos niegan el agua, sino que exigimos que se nos respete.

Todos los españoles y los residentes en España tenemos que celebrar con alegría el cumpleaños de nuestra Constitución y que les digamos a nuestros compañeros, a nuestros amigos y a los papás lo importante que es vivir en un país que tiene una Carta Magna como la nuestra. Nunca en la Historia de España hubo un texto tan importante como la Constitución de 1978. Por eso, todos los españoles tenemos que defender la Constitución, cuidarla y respetarla. La Constitución es la garantía de nuestro país y la principal defensa de nuestros derechos fundamentales. Mientras tengamos Constitución seremos libres e iguales. Mientras exista la Constitución no tendremos que tener miedo.

El Primer Edil ha destacado que el aniversario de la Constitución supone una fiesta importantísima que tenemos que celebrar con alegría sincera por un texto que constituye la garantía del Estado de Derecho en nuestro país. España es como un edificio de pisos en el que viven muchas familias diferentes. Es un edificio estable y sólido. Pero para que un edificio sea estable tiene que contar con unos cimientos fuertes, que sean capaces de mantener la solidez de todas las viviendas. En los edificios son el hormigón y el cemento los elementos que se encargan de darle estabilidad. En el gran edificio que es España, sus cimientos son una serie de valores que se establecieron gracias a la Constitución y que fueron aprobados por los españoles en referéndum el 6 de diciembre de 1978.

Estos valores o cimientos que todos los españoles tenemos en virtud de la Constitución son la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político y, por supuesto, la soberanía popular. Los españoles somos libres. Desde que nacemos somos libres, nadie puede poseernos ni obligarnos a hacer algo que no sea lícito o que atente contra la libertad de otra persona. Nuestra libertad nos abre todas las puertas y nos convierte en seres humanos en plenitud. Los españoles somos iguales. Todos tenemos las mismas oportunidades y los mismos derechos. Cualquiera que sea nuestro sexo, nuestro color de piel, nuestro lugar de nacimiento o nuestra educación, los españoles somos iguales y no podemos ser discriminados.

En España hay justicia. No se permitirá jamás que una persona lesione la libertad de otra persona. Las leyes, comenzando por la propia Constitución, nos garantizan que nuestros derechos no pueden ser violados. Quien cometa un delito y atente contra otra persona, será castigado por ello; quien sufra porque otra persona atenta contra ella, podrá recurrir a la justicia para solucionar el problema. En España impera el pluralismo político. Esto quiere decir que hay distintas opciones políticas. Y existe la soberanía popular, lo que significa que son los españoles quienes eligen a sus gobernantes.

La libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político y la soberanía popular son las claves que forman nuestra Constitución. Son valores que, como cimientos, hacen que España pueda crecer en paz y que los españoles crezcamos en feliz convivencia.

La Constitución Española es la garantía de todos estos valores gracias a la que fue su principal virtud: el consenso. Fue redactada por siete hombres distintos, de partidos distintos y tendencias distintas, pero que tenían en común su firme deseo de elaborar una Constitución para todos los españoles, que tuviera vocación de futuro, y que fuera válida para los adultos de 1978, pero también para los jóvenes del año 2018. Nuestra Constitución no es la voluntad de unos sobre otros, sino que recoge un esfuerzo colectivo de los españoles para garantizar una sociedad mejor, para garantizar una España en la que todas las familias puedan vivir en paz.

La Constitución tiene la inmensa capacidad de englobar a todos los españoles, de dar cabida a hombres y mujeres distintos, pero que compartimos un país, unas aspiraciones y unos sueños; que sufrimos juntos cuando toca sufrir, pero que tenemos la capacidad de unirnos y crear lo inimaginable: como un país magnífico o como una Constitución de consenso, de reconciliación nacional y de solidaridad entre todos los españoles.

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