Cultura restaura documentos históricos de Lorca del siglo XVI al XX

Se trata de actas capitulares del siglo XVI, prensa de los siglos XIX al XX y documentos aparecidos en la muralla de la localidad

El director general de Bienes Culturales, Francisco Giménez, entregó hoy al teniente alcalde de Lorca, Francisco Montiel, las actas capitulares del siglo XVI y prensa de los siglos XIX y XX restauradas en el Laboratorio de Restauración de Papel. Asimismo, se entregarán los documentos históricos aparecidos en la muralla del Castillo de Lorca tras los terremotos que también han sido restaurados.

Las actas capitulares son de 1540 y 1541 y presentaban manchas de humedad, ataque de insectos, desgarros, oxidación de tintas y pérdidas del soporte. El director general indicó la importancia de estos documentos puesto que "constituyen, junto a las ordenanzas municipales, los documentos administrativos más relevantes de los concejos castellanos. Al ser un registro de los acuerdos adoptados por los órganos de gobierno locales son esenciales y poseen gran valor para la reconstrucción de la vida cotidiana".

Lorca conserva en su archivo municipal un importante número de libros de actas, que tienen su inicio en junio de 1474. Su importancia histórica ha llevado a la digitalización, a través del proyecto Carmesí, de más de un centenar que ya son consultables en Internet.

Igualmente se ha hecho entrega de 19 ejemplares del periódico 'El demócrata' de los años 1894 a 1901, y copia de un ejemplar de 'La Balanza" de 1893, que han sido digitalizados en el Archivo General para colgarlos en Internet a través del proyecto Carmesí.

Giménez destacó el amplísimo número de títulos de publicaciones periódicas aparecidas en esta época y explicó "las dificultades de conservación de la prensa debido a la escasa calidad del papel utilizado, las deficientes condiciones en que generalmente se ha conservado y su limitada consideración, hasta tiempos recientes, como documento básico para el conocimiento de la cultura y de la historia, lo que ha facilitado en gran medida un acelerado deterioro, cuando no su destrucción".

En este sentido, destacó "la importancia de proceder a su digitalización para evitar la pérdida de su interesante información y para facilitar su consulta en Internet".

Documentos aparecidos en el castillo de Lorca

 La Consejería de Cultura ha procedido a la descripción y tratamiento de los documentos aparecidos en las obras de emergencia de la excavación acometida en la torre del Espolón y en las murallas del Castillo de Lorca para reparar los daños ocasionados por los terremotos. Estas obras han permitido descubrir un conjunto de documentos muy fragmentados dentro del relleno interior de un lienzo de muralla mezclados con piedras, tierra, ladrillos y material de desecho, junto a otros materiales poco habituales (dos espuertas de esparto y un fragmento de tela).

En total, 303 fragmentos de papel que se depositaron en el Archivo General de la Región de Murcia donde han sido descritos y tratados en el laboratorio de restauración de papel. Los fragmentos documentales identificados tienen fechas extremas de abril de 1622 a enero de 1903, aunque la mayor parte –de acuerdo con la tipología de la escritura- se puede datar en el siglo XVIII. Casi todos los que conservan la data tópica están fechados en Lorca o hacen referencia a esa ciudad, aunque también hay referencias a algunos personajes de la ciudad de Baza (Granada).

En general, los documentos son de pequeño tamaño, fragmentados y su conservación es deficiente. Se trata de solicitudes y autos judiciales y administrativos ante distintos corregidores de Lorca, documentos contables. Lo más probable es que pertenecieran a algún archivo o colección de documentos privados de una familia de la clase alta lorquina, conservada en alguna vivienda o edificio de la ciudad cuyos materiales de derribo pudieron ser reutilizados para rellenar el tramo de la muralla.

A pesar de su precario estado de conservación, los fragmentos permiten identificar a algunos personajes destacados de la sociedad lorquina del siglo XVIII, como el cronista fray Pedro Morote, los corregidores José de Castro y Valcárcel y Torcuato Antonio Collado, los regidores Pedro José de Egea y Mula y Juan Antonio García Serón, el escribano José Antonio Moreno Benavente, así como a otros con apellidos de ilustres familias de la oligarquía local, como Meca, Alarcón o Saravia.

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