Lorca recibe la segunda ´Escoba de Platino´, máximo galardón nacional en el panorama de limpieza urbana, respeto al medio ambiente y gestión de residuos

El Alcalde, Francisco Jódar, ha recogido en Madrid la distinción durante la celebración de la feria internacional de tecnologías medioambientales

La empresa municipal Limusa ha sido distinguida por segunda vez consecutiva con el máximo galardón que en el área de la sostenibilidad se concede en España por su avance tecnológico y de concienciación en la gestión de la limpieza viaria, respeto al medio ambiente y gestión de los residuos "que sirvan para ir mejorando la calidad de vida y la sostenibilidad de nuestras ciudades e industrias", precisa el acta de concesión.

La estatuilla 'Escoba de Platino' ha sido recogida en las instalaciones del recinto ferial Juan Carlos I de Madrid (Ifema) por el alcalde de la localidad, Francisco Jódar, y el gerente de la mercantil pública, Santos González, en el transcurso de la Semana Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente TECMA, que se clausura mañana viernes. A la conclusión del acto, Jódar ha destacado el hecho de que "el certamen pretende apoyar, premiar y difundir el buen saber hacer de la gestión de los residuos urbanos e industriales, así como la elaboración de proyectos y desarrollo de tecnologías que permitan una gestión sostenible de nuestro medio ambiente".

El Ayuntamiento de Lorca, por medio de la gestión de Limusa, se hizo acreedor de la primera nominación platino en 2008, siendo entonces la primera Administración local de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia en hacerse con el máximo galardón de los premios que otorga la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (Ategrus). Con este segundo laurel, Lorca entra en el selecto club de municipios con dos o más distinciones de Platino entre los que se encuentran ayuntamientos como Laredo, Oviedo o Donostia.

El jurado ha reconocido con la Escoba de Platino en esta su décimo tercera edición la innovación y automatización de los procesos y la gestión de los recursos en materia de limpieza viaria, recogida de residuos y el tratamiento de los mismos. El gerente de Limusa, Santos González, ha valorado sobremanera "las nuevas inversiones en maquinaria que han alcanzado a prácticamente el 100% de la flota industrial y supuesto una inversión que ronda el millón y medio de euros en apenas 18 meses"; así como sus iniciativas en sensibilización y comunicación para el fomento de la recogida selectiva, y "la mejora de ratios en dotación de infraestructuras de reciclaje", logrados gracias a los resultados de una racional gestión económico-financiera".

Entre sus valores medioambientales, la Escoba de Platino significa distinguir la apuesta lorquina por la exigencia de que sus nuevos vehículos cumplan con la normativa de emisiones contaminantes Euro 5, que asegura una reducción del 80% de las emisiones de partículas respecto de la norma Euro 4 y del 20% de las emisiones de óxidos de nitrógeno. Así como el aprovechamiento del agua necesaria para las tareas de fregado y baldeo con el aprovechamiento del agua excedentaria de la piscina municipal de San Antonio, entre otras actuaciones.

Si bien el proyecto determinante, ha sido la ejecución en su primera fase de la nueva línea de tratamiento que desarrollada en el Centro de Gestión de Residuos de Barranco Hondo permitirá triplicar la capacidad de proceso sobre la basura entrante, reduciéndose la cantidad de materia destinada a vertedero. El proyecto cuenta con una inversión de la Comunidad Autónoma cifrada en 3,6 millones de euros.

La organización concesionaria de los galardones ha demostrado una especial sensibilidad hacia los trabajados extraordinarios desarrollados tras los terremotos de 2011 "y que se prestan aún hoy día para el establecimiento de la normalidad en la ciudad", añade González, al prestar todos sus efectivos, humanos y mecánicos, en torno a las secuelas de la siniestro retirando escombros, recogiendo enseres de las calles, desarrollando labores humanitarias como la confección y distribución de alimentos e incluso gestionando parte del mantenimiento de infraestructuras de acogida para los desplazados, como los campamentos disuasorios que acogieron a los ciudadanos sin hogar.

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