La Comunidad devuelve a Lorca la talla de su patrona, la Virgen de las Huertas, tras su completa restauración

La imagen realizada por Sánchez Lozano ha recuperado parte de su policromía original y ha sido hoy entregada por la consejera Miriam Guardiola a la Hermandad de Santa María la Real de las Huertas

La Comunidad ha hecho entrega esta mañana en Lorca de la talla de la Virgen de las Huertas, patrona de la ciudad de Lorca, a la Hermandad de Santa María la Real de las Huertas tras su restauración. Durante los últimos seis meses, la imagen ha sido tratada en el Centro de Restauración de la Región de Murcia, donde ha recuperado su esplendor original.

La entrega se ha realizado previamente a la misa presidida por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, organizada con motivo de la bendición de la patrona y a la que ha asistido la consejera de Turismo y Cultura, Miriam Guardiola, y la presidenta de la Hermandad, Isabel Giménez.

La talla de Santa María La Real de las Huertas fue realizada, en madera policromada y estofada, por José Sánchez Lozano en 1942. Se trata de una pequeña escultura de 65 centímetros de altura como réplica de la imagen anterior, que fue destruida durante la Guerra Civil. Aunque es una escultura relativamente joven, su estado de conservación era muy deficiente por restauraciones inadecuadas realizadas con anterioridad y que dañaron, sobre todo, los estratos policromos.

Guardiola, en representación del Gobierno regional, compartió con los lorquinos "la alegría por el regreso de la patrona a su ciudad tras los trabajos realizados en el Centro de Restauración, que han permitido que esta hermosa y delicada talla realizada por Sánchez Lozano haya recuperado parte de su policromía original y su esplendor perdido".

La responsable de Cultura recordó "el compromiso del Gobierno regional con Lorca, con su completa recuperación patrimonial tras los terremotos ocurridos en 2011 y con la restauración de la talla de su patrona, emblema para los lorquinos y una de las imágenes más veneradas y con mayor tradición en la Región".

La intervención realizada, explicó Guardiola, "reafirma la dilatada experiencia que, en el campo de la imaginería, poseen los técnicos del Centro de Restauración, desde donde se vela para que nuestro vasto y rico patrimonio, legado vivo de la Región, se conserve en las mejores condiciones y continúe siendo un referente". Desde el Ejecutivo autonómico, añadió, "somos conscientes de la importancia del patrimonio regional, de su potencial turístico y su capacidad generadora de riqueza y empleo, y por ello su recuperación y conservación siempre serán una prioridad".

Proceso de restauración

Tras un pormenorizado estudio, los técnicos del Centro de Restauración constataron que las carnaciones originales del Niño y de la Virgen estaban dañadas de manera irreversible, sin posibilidad alguna de recuperación; de ahí la repolicromía existente sobre ellas.

No obstante, la policromía del manto, que aunque también se encontraba repintada y con alteraciones importantes, sí era recuperable. Por ello se tomó la decisión de retirar el repinte del manto pero se mantuvieron las repolicromías en las carnaciones de la Virgen y el Niño.

Además de estas patologías se detectaron otras alteraciones como repintes puntuales en el pelo, en los cojines e incluso sobre los ojos de cristal de la Virgen, que se han solucionado a lo largo de estos meses de profunda restauración, al igual que las pérdidas puntuales de estratos polícromos y la ausencia del dedo meñique de la mano derecha del Niño.

En líneas generales, las actuaciones han consistido en la eliminación de repintes y repolicromías, consolidación de estratos, sellado de grietas, reconstrucción de la capa de preparación, reintegración cromática diferenciada y barnizado de protección final. La limpieza y la reintegración cromática han sido las dos fases que mayor duración y complejidad técnica han supuesto.

Como anécdota, la de la Virgen de la Huertas es la primera obra que sale del Centro de Restauración más oscura que cuando entró, ya que presentaba un repinte blanquecino sobre todo el manto que ahora, una vez eliminado, ha dejado a la vista la policromía original sobre la que se puede apreciar la pátina de envejecimiento dada por el escultor, que da un tono más oscuro a todo el conjunto.

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